jueves, 9 de julio de 2009

EL EQUILIBRIO DE LA ENERGÍA VITAL



Nada en esta creación es sólido ni estático. Los objetos que percibimos como sólidos, en realidad son átomos compuestos de pequeñas partículas en movimiento incesante. Si concebimos al universo como un océano de energía en donde toda creación forma parte de una misma realidad que se encuentra en constante evolución, sabemos que hay una energía biológica e inteligente, dirigida a la conservación de la existencia.



Los seres humanos somos más que células y vísceras dentro de nuestro organismo, pues estamos vivos por la energía vital que fluye a través de nosotros. Dicha energía está en todo nuestro cuerpo y su característica principal es el dinamismo, pues fluye activamente en todas direcciones. La recibimos de nuestro entorno y la encontramos en los alimentos, en la energía solar, en el aire que respiramos y en el agua que bebemos todos los días.



La llamamos energía vital porque es la que nos hace curarnos de enfermedades graves, manteniéndonos sanos y permitiéndonos alargar nuestra vida en determinadas circunstancias, al mantenernos llenos de salud. Esta energía mana por el cuerpo físico a través de caminos conocidos como chacras, los cuales forman alrededor un campo energético que conocemos como aura.



Según los conceptos de la filosofía taoísta, la energía universal nos recorre siguiendo un ciclo bien codificado. Si esta circulación es perturbada, se genera una alteración física, emocional o espiritual. Basta que algo entorpezca este flujo en alguna área para que comiencen a producirse problemas. En caso de recibir un golpe, por ejemplo, se puede producir un estancamiento de la energía en la zona afectada y la recuperación sólo se dará en la medida en que vuelva a fluir otra vez.



Los antiguos chinos descubrieron que tenemos ciertos puntos corporales con una afinidad energética, orgánica y funcional entre sí, dando origen a los principios del tratamiento médico conocido como acupuntura. La cama de terapia alternativa realiza una tarea parecida, pues ayuda a disminuir cualquier malestar al dar un masaje relajante sobre los chacras. De tal forma, este método permite restablecer la normalidad de las funciones orgánicas, estimulando todos los puntos de energía, con lo cual nuestro cuerpo recupera su verdadero equilibrio.